miércoles, 10 de junio de 2009

VIOLENCIA

La violencia juvenil no es un fenómeno nuevo pero parece estar en aumento. Tratarlo es responsabilidad de las instituciones públicas, pero en primer lugar de las familias, responsables primarias de la educación de los jóvenes.

Una característica singular de la violencia es su capacidad para multiplicarse y para expandir sus dinámicas y sus consecuencias. De ahí que sea necesario conocer los factores que la producen. Las experiencias con adolescentes nos han permitido recoger valiosa información acerca de la violencia, fenómeno social que se manifiesta en la conformación de pandillas, que van desde el grupo o «collera» hasta las hinchadas deportivas o «barras bravas», y que se caracterizan por enfrentarse en nombre de su centro educativo o de su equipo deportivo causando daños materiales y físicos.
Cuando la violencia se vive como cultura, termina siendo reforzada y promovida por ésta. La familia, como célula básica de la sociedad, juega un rol preponderante en esta cultura de la violencia, pudiendo obrar alternativamente como reproductora de «la cultura de la convivencia» o de la «de violencia», según los resortes que se activen. Los elementos señalados son sólo una muestra de los muchos factores asociados a la violencia, que reafirman su origen pluricausal.


Andrea

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