domingo, 7 de junio de 2009

Los seres humanos tienden a agruparse y a formar organizaciones sociales complejas con creencias propias que condicionan sus relaciones personales con otros grupos.
Estos modos de pensar forman patrones que se suelen utilizar para clasificar a los demás, criterio que deberá compartirse para no arriesgarse a perder la pertenencia al grupo.
Esta manera de valorar las diferencias, subestimando y no respetando las costumbres de otras culturas, se aprende a través de generaciones que han hecho lo mismo y no resiste ninguna crítica ya que cualquier divergencia individual puede significar ser apartado del propio grupo.
Las diferencias entre grupos humanos de distintas culturas pueden ser clasificadas por color, raza, religión, nacionalidad, peso, altura, nivel de inteligencia, capacidades, nivel adquisitivo, etc., y si los miembros de un grupo no cumplen con lo que se considera aceptable por otro grupo, éstos los pueden ignorar y rechazar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario