miércoles, 10 de junio de 2009

En ocasiones, la familia o el adolescente se verán desbordados y precisarán de ayuda externa a la familia.
Las preocupaciones sobre problemas con el desarrollo físico pueden ser discutidas con el médico de cabecera, quien también podrá ayudarle con los problemas emocionales.
Cuando los problemas surjan en el colegio, los padres necesitarán hablar con los maestros o profesores de sus hijos. Si existieran dificultades con el aprendizaje, el colegio puede solicitar la valoración y ayuda de los psicólogos y pedagogos de la Consejería de Educación. Estos profesionales pueden ayudarle con los problemas de aprendizaje así como ofrecerle consejo y ayuda con los problemas de relación que puedan existir.
Los adolescentes que se sientan confundidos o alterados emocionalmente por períodos de tiempo superiores a unos pocos meses - depresión persistente, ansiedad, problemas con la alimentación o conductas difíciles - generalmente precisan de ayuda extra. Este tipo de ayuda la pueden obtener de los profesionales pertenecientes a su Unidad de Salud Mental correspondiente, quienes le podrán ofertar tratamiento a nivel ambulatorio. A estos profesionales podrá acceder a través de su médico de cabecera o de los equipos específicos de la Consejería de Educación.
Según se hacen mayores, los adolescentes desean una mayor privacidad e independencia lo cual hará que puedan querer ver a su médico por sí mismos. La ley les permite el poder cuestionar sus tratamientos desde la edad de los 16 años, o incluso antes bajo ciertas circunstancias.
Andrea

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