miércoles, 10 de junio de 2009

El concepto de valor en general
Para comprender el significado de valor moral es indispensable evidentemente aclarar qué se entiende en la filosofía contemporánea por valor en general, percibiendo la génesis histórica y la importancia teórica de este término.
1. HISTORIA DE LA TEORIA DE LOS VALORES. El concepto y la teoría de los valores en general se han venido afirmando en la cultura moderna, sobre todo en relación con el cienticismo y el positivismo. En oposición a una ciencia de puros hechos, se quiere instaurar una investigación cognoscitiva de lo que no es pero debería ser, de lo que importa, que suscita estima, admiración, interés, consideración, aprecio, etc. La primera idea de valor nace en el ámbito de la l economía. Valer significa, sobre todo para los utilitaristas, lo que tiene un precio en el mercado. Luego, poco a poco, el término se transfiere, especialmente con Windelband, a todo lo que suscita nuestro interés también en el plano afectivo (p.ej., tal objeto tiene un valor como recuerdo de los padres), estético (esta obra de arte es excepcionalmente bella), moral (esta acción aparece como buena y virtuosa), social (este comportamiento es particularmente útil y fructuoso para el bien de la comunidad) o religioso (tal acto suscita un vivo deseo de lo sagrado). Así pues, tiene valor no lo que simplemente existe, sino lo que tiene un precio, lo que merece ser, lo que debería ser.
Es claro que a la idea de valor se asocia también, por contraposición, la de disvalor. Cierto objeto, acción o comportamiento... suscitan aversión, repulsión, rechazo, desprecio, y por tanto constituyen justamente un anti-valor o dis-valor.
Se establece así una verdadera y auténtica teoría de los valores, es decir, aquella disciplina filosófica que considera los valores (utilitario-económico, intelectual, estético, ético, religioso, etc.), su unidad, distinción, diferencia, conflictos..., así como su eventual superposición, ubicación y jerarquía. Esta teoría encuentra su elaboración sistemática sobre todo en la fenomenología, primero de E. Husserl, y luego, en su aplicación ética, de M. Scheler. A la axiología scheleriana haremos referencia frecuentemente.
Algunas breves indicaciones bastarán para comprender la importancia que ha tenido y tiene el método fenomenológico para la filosofía de los valores.
La fenomenología en general sostiene que la filosofía debe partir de los datos inmediatos originarios de la experiencia, tomada en su integridad; así pues, no sólo de los datos empírico-sensibles, sino también de los imaginativos, racionales, afectivos, emocionales, y por tanto también valorativos y axiológicos. La conciencia intuye e intenciona cosas, o sea datos originarios, entre ellos significados, esencias, ideas y valores. Luego para M. Scheler la experiencia moral no consiste esencialmente en el razonamiento lógicoformal -el deber como fin de sí mismo, según quería Kant-,sino en la intuición emocional y material (o sea, objetiva y finalista) de los valores: así como veo el significado de las cosas -mesas, piedras, animales, hombres-,así veo también que ciertas acciones son buenas o malas, es decir que tienen un valor, positivo o negativo, que trasciende el hecho de su existencia (p.ej., entiendo que el amor altruista es un sentimiento bueno, mientras que matar injustamente es malo). De ahí el título de su obra más famosa: El formalismo en- la ética y la ética material de los valores, que constituye un poco la base de la moderna ética axiológica, en neto contraste con el formalismo kantiano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario